La Psicología Cognitiva aplicada a la educación se ha preocupado principalmente de los procesos de aprendizajes que tienen lugar en cualquier situación de instrucción, incluida una sala de clases.
La Psicología cognitiva da al
aprendiz un rol activo en el proceso de aprendizaje. Gracias a ello, procesos
tales como la motivación, la atención y el conocimiento previo del sujeto
pueden ser manipulados para lograr un aprendizaje más exitoso. Además,
al otorgar al estudiante un rol más importante, se logra desviar la atención
desde el aprendizaje memorístico y mecánico, hacia el significado de los
aprendizajes para el sujeto, y la forma en que éste los entiende y estructura.
El estudio del desarrollo
cognitivo representa un gran aporte a la educación, dado que permite conocer
las capacidades y restricciones de los niños en cada edad; y por ende, graduar
la instrucción a las capacidades cognitivas del alumno, haciendo más efectivo
el proceso de aprendizaje. De este modo, dichos factores han conducido a que
sea posible planear las situaciones de instrucción con mayor eficacia, tanto en
cuanto a la organización de los contenidos programáticos como en cuanto a tomar
en cuenta las características del sujeto que aprende.
La psicología cognitiva aplicada
a la educación se ha preocupado principalmente de los procesos de aprendizaje
que tienen lugar en cualquier situación de instrucción, incluida la sala de
clases. Sin embargo, la psicología educacional aplicada a la sala de clases
debe ocuparse además de factores tales como los procesos emocionales y sociales
que tienen lugar en la escuela. Así, a la hora de analizar los procesos que
ocurren en la sala de clases, es importante complementar los enfoques
cognitivos con otros que permitan tener una visión integral del alumno en
situación escolar.


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